Estamos ante una oración compuesta coordinada
adversativa que consta de dos oraciones unidas por medio de la conjunción adversativa
“pero”.
En la oración 1 el sujeto es “el cerebro humano” y el
núcleo del predicado con el que concuerda es “recibe”. A dicha forma verbal lo
complementa el sintagma nominal “gran cantidad de alimento intelectual
deteriorado”, que actúa como complemento directo. El núcleo de dicho sintagma
es “cantidad”.
En la oración 2, el núcleo verbal principal es
“carece”. El sujeto está omitido y se refiere también al que ya aparecía en la
primera oración: “el cerebro”. El resto de la oración expresa es el sintagma
verbal, predicado verbal. El núcleo verbal “carece” aparece complementado por
un sintagma preposicional que funciona como complemento de régimen: “de un
mecanismo de autodefensa que le proteja
de algunas ideas envenenadas”. El núcleo de su término es “mecanismo”, que está
complementado por dos complementos del nombre: el sintagma preposicional “de
autodefensa” y la oración subordinada adjetiva “que le proteja de algunas ideas
envenenadas”. En esta oración, el nexo “que” funciona, además, como sujeto. El
resto es el sintagma verbal, predicado verbal, cuyo núcleo es “proteja”. Se
trata de un verbo que también necesita un complemento de régimen, en este caso,
el sintagma preposicional “de algunas ideas envenenadas”. Es relevante el
empleo del pronombre “le” que nos puede llevar a la conclusión de que en esta
oración subordinada adjetiva aparece un complemento indirecto. Recordemos que
estamos ante un caso de “leísmo” permitido. No obstante, el verbo “proteger” es
transitivo, por lo que lo correcto sería emplear “lo” (“protegerlo”), en
función complemento directo.